Un intento de utilizar las nuevas Tecnologías

Las nuevas tecnologías nos proponen nuevos desafíos aquellos que trabajamos en educación. Podríamos permanecer al margen y hacer como si nada estuviese pasando y aferrarnos con intensidad a la enseñanza tradicional sin embargo el mundo en el que estamos inmerso nos obligada a adentrarnos en este nuevo mundo. Nos aferramos a lo cotidiano por el miedo a lo no conocido pero no dejamos de sorprendernos cuando surgen múltiples posibilidades de aprendizaje.

Debemos aprovechar las posibilidades que nos brinda la web para re pensar nuestro rol docente y asimilar estos conocimiento para que sean herramientas que mejoren nuestras propias prácticas. la múltiples modalidades de la comunicación que propone la web 2.0 nos permite pensar en la posibilidad de participar en la creación de conocimientos en red.

“El todo es más que la suma de las partes” ya lo decía la psicología de la Gestalt y se puede relacionar  directamente con el concepto de inteligencia colectiva, concepto  interesante si los hay donde los usuarios que participan de alguna plataforma particular generan un conocimiento compartido, de manera innovadora alimentando la red de información que a su vez será fuente para la creación de nuevos conocimientos. La multiplicidad de opciones se amplía permanentemente ¿estamos preparados para adquirir aprendizajes significativos?, ¿para comprometernos de modo activo en la construcción de conocimientos? ¿Nuestros alumnos estarán dispuestos a incursionar en las nuevas tecnologías? ¿O todavía hay resistencia desde la institución incluso desde  los propios alumnos a abrirse a nuevos horizontes? . Surgen estas  cuestiones dado a una experiencia reciente que me ha sucedido: Hace pocas semanas comencé a trabajar en una escuela secundaria, dando Psicología para cuarto año, quería hacer uso de mi nuevo título de “Profesora de Psicología enseñanza media y superior”. Si bien hace aproximadamente 8 años que doy clases en el nivel universitario, la escuela media era para mí una experiencia que no me quería perder.  Propuse a los alumnos comunicarnos vía mail (práctica habitual con mis alumnos universitarios), para que yo les mande guías de trabajos prácticos y además construir una síntesis conjunta del tema visto en clase, donde los alumnos se dividían en grupos y mandaban un escueto párrafo del tema que les había tocado y que previamente habían expuesto en  la clase.  Los adolescentes  entusiasmados  propusieron armar un facebook de la materia donde los participantes fueran solo ellos, obviamente acepté gustosa la propuesta. Grande fue mi sorpresa cuando al plantearle al directivo lo que había surgido, me enumeró una lista enorme de peros…que desestimaron mi propuesta, pero que deje el trabajo en la fotocopiadora, pero que tenga cuidado que los padres se podían quejar, pero que los chicos podían confundir el fin de la idea, pero que al facebook lo llame aula virtual y un montón de ejemplos que más que un si revelaban un no. Igualmente seguí firme con la idea confiando en la satisfactoria respuesta de los nativos tecnológicos adolescentes pero al llegar a mi casa y al copiar las direcciones de mail, me encuentro que por lo menos 3 direcciones de mail eran bromas de mal gusto por ejemplo: Susana.oria@hotmail.com, suena gracioso, pero ese es el único que puedo transcribir por este medio dado que los demás son irreproducibles, dado su alto contenido sexual. El tema me dio vueltas toda la semana y no dejo de pensar en mi tercera clase: ¿Tendré que seguir el modelo tradicional?